Las cicatrices pueden formarse por muchas razones diferentes: pueden ser resultado de infecciones, cirugía, lesiones o inflamación del tejido. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo; su composición varía por lo que la apariencia puede ser plana, abultada, hundida o coloreada, como también puede ocurrir que duelan o provoquen picazón. Las cicatrices anormales se forman una vez que la herida se ha curado.
Existen fundamentalmente dos tipos de cicatrices patológicas. Cicatrices queloides. A menudo son de color rojo o más oscuro, en comparación con la piel normal circundante. Suelen exceder los límites de la lesión original. General prurito y en ocasiones dolor. Son cicatrices de difícil manejo, comúnmente recurrentes.
El tratamiento puede incluir lo siguiente: Inyecciones de esteroides, Tratamiento dermatologico, Presoterapia, Cirugía. Cicatrices hipertróficas. Las cicatrices hipertróficas son similares a las cicatrices queloides; sin embargo, su crecimiento está confinado a los bordes de la herida. Estas cicatrices pueden también tener una apariencia rojiza, y suelen ser gruesas y elevadas. El tratamiento es similar a las cicatrices queloideas y generalmente tienen mejor respuesta.